En el Llano

Josh Rouse   «Sad Eyes»

Recostado en el llano
en la silla de enea
contemplando las hojas
y los palos torcidos
-despejando las dudas
sin el tiempo perdido-

cómo se hacen las gotas
en los pétalos vivos
cuando encaran al viento
y los perturba el frío
y las nubes los mecen
con el vaho del río.

Esperando el momento
sonriendo por dentro
admirando las flores
añorando los muertos
y los hijos huidos
recostado en el llano
con los ojos hundidos.

Escultura - (1.896)

Gustav Klimt

-Oigo el chillido del águila en el cielo,
retumba en alguna parte,
a través de los árboles
por la senda del aire-

Con los ojos cerrados
y las grietas del cuerpo
la cabeza torcida
derramándome entero
por la tierra más limpia
escuchando el sonido
de los pájaros negros

-Y la jara sigue a mi espalda
como si nada, en silencio.
Perdió todas las flores
ahora es un abrigo largo,
mi largo abrigo de invierno-

Aferrado a los sueños
(como un pintor moribundo
a su último cuadro terminado)
viendo pasar los ciervos
por paredes de piedra
levantando cenizas
espantando los miedos

sigo aquí, junto al llano
de la casa del campo
donde siembro derivas
e imagino los cuentos,
donde arrimo recuerdos
donde cuelgo los besos
donde riego esperanzas
y deshojo los libros
y arrincono recelos
para quemarlos luego.
Donde miro a lo lejos
apuntando hacia arriba
junto al árbol más viejo
observando las ramas
en la cesta de leños.

Me siento en la silla,
recuesto la espalda y estiro las piernas.
Pongo las manos bajo mi nuca
y bajo los párpado despacio,
en el llano,
cuando me queda tiempo.

-Hasta que ese tiempo me quite la razón...
 Me mantengo en silencio
 a pesar de que «el grito dignifica por dentro»*-

*Joan Brossa - ABCD: «D Gritar es digno»

Pierre Gonnord - Retratista

Michael Kiwanuka   «Cold Little Heart»

30 discos «redondos» sin (suficiente) recompensa

–Y unas obras locales excepcionales, absolutamente marginales–

En la siguiente relación he tratado de recopilar buenos ejemplos de álbumes -y algún EP- de artistas que, después de no pequeño esfuerzo y elegante ejercicio de creatividad, vieron sus expectativas comerciales truncadas o, como poco, injusta e insuficientemente recompensadas, al menos en su momento. Y ello a pesar de haber realizado unos trabajos más que dignos, honestos, geniales, «redondos» en cualquier caso.

Estos son sólo algunos ejemplos de los que a mí me parecen más significativos entre la innumerable colección de aspirantes que a buen seguro se le ocurrirán a cada uno y las muchísimas listas de esta naturaleza que establecen los medios y pueden hallarse en la red. Siempre que consulto cosas así me predispongo positivamente por si la suerte me ayuda a encontrar -quién sabe-, alguna joya escondida que pueda sorprenderme. Esa es la idea, así que aquí va mí selección, por orden cronológico e intentando recorrer las décadas más prolíficas de la industria:

El Rock, cuando ambos éramos jóvenes - VI

Capítulo 6: «El Rock se hace 'Culto'»

«INSUFLANDO SOFISTICACIÓN»

Rick Wakeman, del grupo Yes,
rodeado de sintetizadores, teclados y un piano.

Entrada la segunda mitad de la década de los 60, una corriente de intelectualidad emanada de los movimientos culturales -o contraculturales- de la movida de San Francisco y sus derivaciones psicodélicas diseminadas por el país, junto a las dosis de solemnidad y formalismo otorgadas por las influencias del blues -y los bluesmen-, sobre todo en las islas británicas, aglutinan un potente caldo de cultivo caracterizado por la necesidad de elevar el rock a la categoría de arte. Quedan atrás las viejas ideas que le atribuían etiquetas como la espontaneidad, la sencillez, la accesibilidad, la frescura y, sobre todo, la vulgaridad. Eso se acabó. A partir de ese momento los músicos pasan de ser unos meros aficionados, en muchos casos, a convertirse en virtuosos chicos de conservatorio o, como poco, estudiantes de las Escuelas de Arte. Quien más y quien menos lee a Sartre, o al menos dice que lo lee, y en no pocas ocasiones ronda la idea de hacerse acompañar por una orquesta sinfónica para otorgar a este nuevo rock la categoría que le corresponde. En esta nueva etapa los compositores clásicos pasan de estar anticuados a convertirse en las nuevas referencias.

Amor Robado

Teho Teardo & Blixa Bargeld   «What if... (extracto)»

Me quitaste el amor,

Nafea Faaa Ipoipo (Cuándo te casarás)

Paul Gauguin

me quitaste el dolor
del delirio nocturno
y los sueños perdidos

Cuando robaste el amor
te llevaste otras cosas:
mi pasión desbocada,
las caricias robadas,
las miradas lascivas,
los momentos prohibidos,
los encuentros malditos
con las manos abiertas
esperando el castigo.
Los desdenes sin causa,
los poemas, las pausas
admirando el silencio
de tu cuerpo encendido.

Los mejores recuerdos,
la esperanza salvada,
la clemencia de un beso,
las mentiras piadosas
y la risa forzada.

Poco a poco te lo fuiste llevando
sin que me diera cuenta
ni despertar sospechas.
Me robaste el cariño
desoyendo mi celo,
esquivando advertencias,
por la espalda, a sangre fría,
sofocando el deseo.

Para qué inventar excusas
y mirar a los ojos
desterrando los miedos,
si quizá no pensaste
dejar morir el fuego

Pero, hoy, amor mío
cuando salgas del baño
y te seques el pelo
y te peines despacio
preparando el regreso, 

no me esperes despierta,
releyendo algún libro,
porque llegaré tarde
desandando las calles
por un nuevo camino

S + U + M + A + S = &

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