miércoles, 21 de mayo de 2014

Jaume Plensa: esculpir la poesía

Artista plástico de Barcelona, autor de grandísimas y espectaculares obras expuestas en todo el mundo. Posee numerosos galardones internacionales y es Premio Nacional de Arte Gráfico 2013.

Ha vivido en Barcelona, Berlín, Bruselas, París…


Se dice inquieto, en el buen sentido de la palabra, se ve apasionado –no podía ser de otra manera haciendo lo que hace–, sencillo, ordenado. Es un amante de la literatura y la poesía. Se reconoce un ferviente seguidor de William Blake, admirador de Chakespeare y de Goethe. Un brillante intelectual tierno y sensible, ilustrado. Un viajero de largo recorrido, “de vuelta”, tanto, que dice que lo que va buscando no es un lugar a dónde ir, sino uno al que regresar –que no es lo mismo que uno donde quedarse, ni mucho menos–.




«UN POETA DEL ARTE»


Como explica Carsten Ahrens, director del Weserburg Museum de Bremen:

En su obra, el sonido de un poema se vuelve tangible…

Un artista popular enamorado de la poesía que representa al pueblo, como en “La Larga Noche”, de Vicent Andrés Estellés, uno de sus poetas favoritos:




Asumirás la voz de un pueblo
y será la voz de tu pueblo
y serás, por siempre, pueblo
y sufrirás
y esperarás
e irás siempre entre el polvo
y te seguirá una polvareda.

Y tendrás hambre,
y tendrás sed,
no podrás escribir los poemas
y callarás toda la noche
mientras duermen tus gentes,
y tú solo estarás despierto,
y tú estarás despierto
por todos.

No te han parido para dormir
te parieron para velar
en la larga noche de tu pueblo.


Es un trabajador nato. Acomete varios proyectos a la vez con la paciencia de los antiguos maestros, tanto escultóricos, en espacios públicos, como arquitectónicos. Incluso ha realizado escenografías para representaciones de óperas de La Fura dels Baus.


Utiliza diversas técnicas y muchos tipos de materiales: hierro fundido, aluminio, fibra de vidrio, alabastro, poliéster, madera, cristal… Sabe rodearse de especialistas que ha integrado en un equipo que desarrolla su trabajo en una nave de los alrededores de Barcelona. Es capaz de sorprender al observador con elementos tan poco convencionales como la nieve, la luz o el sonido.

Parece seducido por el lenguaje y las formas de escritura, entendiéndolas como “imagen de una cultura”, según él mísmo manifiesta, y emplea letras del alfabeto hebreo, griego, hindi, japonés, etc., para conformar la piel de muchas de sus obras, al fin y al cabo, éstas sólo son, según sus propias palabras, “contenedores que materializan ideas”.















Paralelamente a la escultura, lleva a cabo trabajos de dibujo y pintura, menos complejos, según indica, que interpreta en algunos casos como un punto de partida hacia realizaciones escultóricas futuras que emanan y se desarrollan a partir de dichos trabajos.

Su vasta producción está estructurada por “familias”, sin orden cronológico, donde por encima de todo subyace la idea de la dualidad, que tanto le obsesiona, de ahí que muchas de ellas se presenten en parejas o tríos de elementos. Durante años ha sido difícil cohesionar o establecer un marchamo representativo en la imagen de sus obras. Sus últimas realizaciones, sin embargo, se centran principalmente en la figura humana, lo que ha sacado a relucir el alma colectiva que late en el interior de sus trabajos.

Incluso ha experimentado con el sonido de instrumentos musicales de percusión como el gong o el timbal, sobre los que deja caer gotas de agua que rompen el silencio, pero como dice, lo que le interesa no es el sonido que repercute el instrumento, sino la calma que queda detrás.

El Nasher Center de Dallas, uno de los museos más importantes del mundo dedicados a la escultura, ha acogido una completa muestra de Jaume Plensa, la primera exposición que dedica a un artista vivo en toda su historia.



«¿PORQUÉ JAUME PLENSA?»


Mi falta de competencia para juzgar la realización de un artista de la talla de Jaume Plensa no me impide expresar mis percepciones y la reacción emocional que sus obras me provocan.

Como él mísmo manifiesta, no se le puede considerar un creador de “obras conceptuales”, muy al contrario, sus esculturas irradian una magnética necesidad de percepción física, concreta y tangible; tal y como afirma: “las ideas también se pueden tocar”.

Lo admiro porque lo considero un artista muy inteligente, un apasionado de su trabajo permeable al éxtasis que le embarga al desarrollarlo, con una asombrosa capacidad para trascender a través de sus obras hasta conectar con el público de a pie.


Poseedor de una extraordinaria facilidad para conmoverse con la naturalidad de las respuestas que provocan sus esculturas en la gente, impregna sus obras de un componente de accesibilidad que propicia que el observador se relacione e interactúe con ellas –arte público para el pueblo–. 
Qué puedes pedir más como regalo que provocar una sonrisa [que tu obra provoque una sonrisa], hoy en día, con un mundo tan complejo.”, expresa respecto a la “Crown Fountain” de Chicago.
También dice: “Creo que es bueno que de vez en cuando, sea el arte el que ilumine al mundo, no esperar que el mundo ilumine al arte.

Pero sobre todo, lo que más me fascina es su capacidad para sintetizar la belleza con tantísimas elegancia y sencillez. Esa facilidad manifiesta que posee para expresar el arte libremente, sin complejos, si miedo –según dice: “si el arte tiene una fuerza es porque no sirve para nada [tangible].”–. Con un trasfondo sosegado, en equilibrio, del que emana un inmenso y pausado lirismo –La belleza poética: “Cuando el arte es de verdad y está saliendo de forma sincera, yo creo que es como una poesía.”, expresa.

Muchas de sus realizaciones invitan al público a formar parte de ellas –como las cabezas de aluminio con piel caligráfica–, Jaume Plensa afirma que le entusiasma como una persona puede sentir de pronto que el mundo está al otro lado, y verlo a través de los huecos de los signos –que son una forma de expresión de los pueblos–, “con una actitud romántica en algún sentido, en la que tú ves el mundo a través del arte.
Jean Frémon, importante galerista de París y New York, lo describe así: “Conseguir que una escultura sea tan bella como un árbol, es muy difícil. Un árbol hermoso es magnífico. Él es uno de los pocos capaces de conseguirlo.

Al observar la naturalidad que desprenden sus creaciones uno se sorprende de cómo no se le ha ocurrido antes a nadie realizar tales obras de arte, cómo si no pudieran ser de otra manera, como si siempre hubieran tenido que ser así y estar ahí. He llegado a la conclusión de que ese componente de familiaridad y cercanía es el que me induce tanta calidez.
Paul L. Gray, de la Richard Gray Gallery: “Creo que su trabajo muestra una afectividad innata. Creo que amor sería la palabra que mejor define lo que hace sentir.
Es un artista con una creatividad tan heterodoxa que es capaz de proyectar un rostro humano en soportes tan dispares como una pantalla de leds recubierta de ladrillos de vidrio, un bloque de alabastro o una cartulina tintada, y aún dotándolos de personalidad propia imprime en cada elemento un perfil común, una perspectiva, un alma que facilita al observador encontrar la manera de relacionarlos entre sí.

En el caso de las cabezas de alabastro, en el fondo, lo que persiste, en palabras de Mary Sabbatino, de la Galerie Lelong New York, donde Jaume Plensa ha expuesto sus obras, "es la esencia de lo humano”, que el artista extrae de un bloque de piedra traslúcido en el que la luz juega un papel trascendental.


Jaume Plensa es tan excepcional, a mi modo de ver, que reboza sabiduría, humildad, equilibrio y amor en las mismas dosis: “¿Qué he aprendido?, que las cosas también tienen sentido del humor… [y que son más sencillas de lo que nos parecen a veces]… y sobre todo aceptar tus límites, es lo que más me ha hecho crecer.



«BAÑARSE EN UN PARQUE DE CHICAGO: CROWN FOUNTAIN (2004)»

Chicago es un referente mundial del arte contemporáneo en espacios públicos. En sus calles podemos observar obras de Miró, Picasso y Dubuffet, entre otros. En el año 2000 se organizó un concurso público, con patrocinio privado de la familia Crown, para crear una escultura en un parque como celebración de la entrada del nuevo milenio. Jaume Plensa participó sin demasiadas esperanzas inicialmente, pero se involucró apasionadamente en un proyecto que superaría todas las expectativas y por el que obtuvo un reconocimiento mundial que propició la proyección popular de su obra. El conjunto escultural que compone la “Crown Fontaine” condensa en una obra el máximo nivel intelectual de las disciplinas plásticas. Su construcción duró cuatro años.



«UN BONITO CUENTO MINERO: DREAM (2009)»

En los años 80, la presidenta del Reino Unido, Margaret Thatcher, cerró la mina de carbón de St. Helens, un pueblo cercano a Liverpool, quebrando el modo de vida de sus ciudadanos abocados en su mayor parte al desempleo. Los extrabajadores de la mina se resistieron a dejar en el olvido tantos años de duro trabajo y su particular y arraigada forma de vida. Con ese objetivo, pasados varios años decidieron mantener vivo el recuerdo mediante una escultura simbólica instalada en un espacio minero que de esa manera volverían a recuperar. La Dirección de Arte Público de la Bienal de Liverpool puso en marcha un concurso al que se presentaron numerosos artistas, muchos de ellos británicos.

La reunión para seleccionar al escultor que se encargaría del proyecto se celebró en un pub, en un ambiente festivo y distendido, aunque no exento de complejidad en cuanto a la decisión final. No obstante, los miembros del comité de selección reunidos alrededor de una mesa tras sus pintas de cerveza coincidieron de inmediato en nombrar a Plensa.

El día de la inauguración, con la banda del pueblo a la cabeza, una muchedumbre recorría a pie el camino de la mina y Jaume Plensa se encontraba entre ellos. Prefirió caminar anónimamente junto a los ex-mineros y sus familias para descubrir la cabeza de una niña de nueve años con los ojos cerrados, como si estuviera soñando -una figura de resplandeciente conglomerado de mármol blanco, de 20 mts. de altura, junto a los depósitos de carbón negro de la vieja mina-. Lo hacía para embriagarse con la alegría de la gente, sintiendo un agradecimiento que nunca les pidió, entusiasmado, como si se tratara de su primer trabajo. Pero sobre todo caminaba junto a ellos para ser feliz.

La imponente figura onírica descansa sobre una plataforma circular que transcribe las chapas personalizadas que entregaban los mineros al entrar en la mina. El encargado las iba colocando en un panel y al finalizar la jornada los trabajadores las recogían, así podían saber si algún desgraciado compañero se había quedado dentro. Tras leer un discurso de inauguración, un representante invitó a Jaume a subir a la tribuna. Éste aceptó cordialmente la invitación y al cruzarse con él le preguntó: "¿Es que tengo que decir algo?"


La directora de Arte de la Bienal de Liverpool afirma que “lo bueno del proyecto es que es hermoso…“, y que contribuye a que el entorno también lo sea. “Es como si le hubieran arrancado el alma al pueblo y Jaume se la hubiera devuelto.


«SU TRABAJO»

Instalación en una plaza de Niza (Francia)
-Basado en un documental de Pedro Ballesteros emitido por la 2 de TVE-

Safe Creative #1405210897447

No hay comentarios :

Publicar un comentario