Apenas recuerdo un reportaje documental de la 2 de TVE, que cogí ya empezado, hace muchos años. Creo que era en blanco y negro. En un banco del jardín de un manicomio se sentaba un loco que fumaba cigarrillos compulsivamente. Hablaba deprisa, escupiendo profundas frases embriagadas por los efectos de la medicación.
Muchas veces no recuerdo las situaciones, los decorados ni los efectos cosméticos, pero idealizo los momentos aprehendiendo las cargas de profundidad, los gestos, las miradas...
Fue así como conocí a Leopoldo María Panero. Jamás he olvidado aquella frase que espetó a la cámara con la franqueza de quien no tiene nada que perder ni que ganar: "Como un viejo chupando un limón seco / así es el acto poético".
Indagando, supe después que formaba parte de la última estrofa de su poema Heroína, que proseguía: "El caballo con su espada / divide la vida en dos / a un lado el placer sin nada / y a otro, como mujer vencida / la vida / que despide mal olor".