Apenas recuerdo un reportaje documental de la 2 de TVE, que cogí ya empezado, hace muchos años. Creo que era en blanco y negro. En un banco del jardín de un manicomio se sentaba un loco que fumaba cigarrillos compulsivamente. Hablaba deprisa, escupiendo profundas frases embriagadas por los efectos de la medicación.
Muchas veces no recuerdo las situaciones, los decorados ni los efectos cosméticos, pero idealizo los momentos aprehendiendo las cargas de profundidad, los gestos, las miradas...
Fue así como conocí a Leopoldo María Panero. Jamás he olvidado aquella frase que espetó a la cámara con la franqueza de quien no tiene nada que perder ni que ganar: "Como un viejo chupando un limón seco / así es el acto poético".
Indagando, supe después que formaba parte de la última estrofa de su poema Heroína, que proseguía: "El caballo con su espada / divide la vida en dos / a un lado el placer sin nada / y a otro, como mujer vencida / la vida / que despide mal olor".
No voy a contar aquí su biografía, ni a relatar su trayectoria editorial, o a comentar sus libros y su historia, para eso hay sitios más apropiados y solventes; sólo expreso sensaciones anécdoticas personales, momentos destacables de mi búsqueda de Panero. Y es que la sorpresa inicial pasó a admiración después al conocer sus trabajos, su vasta obra literaria a veces salpicada por una profunda y premonitoria melancolía:
Otras veces convertida en un ansiado refugio de ternura (A mi madre):
"Y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra / y ahora que el poema expira / te digo como un niño, ven / he construido una diadema / (sal al jardín y verás como la noche nos envuelve)"
Un lirismo franco, desprovisto de hipocresía, manifestado con crudeza y honestidad en sus intervenciones:
"Yo soy bisexual y sadomasoquista. Sádico con las mujeres y masoca con los hombres, aunque también sádico con algunos tíos, depende de lo guapos que sean."
Esa admiración a que me refería tornó en agradecimiento y posterior reconocimiento al indagar en el personaje, al descubrir al Panero erudito, irónico a veces, sarcástico, que me ayudó a no tener miedo:
"Me han dado toneladas de haloperidol y todavía no he muerto. Lo de Rasputín fue una noche y a puerta cerrada; lo mío va para veinte años y es a la luz del día: el diario de un hombre infinitamente envenenado. España es la que está loca, no yo."
"Hay que replantearse la revolución. Hay que incluir a las mujeres y a los homosexuales. Más que cambiar el mundo, como decía Marx, hay que cambiar la vida, como decía Rimbaud. Hay que ir a una micropolítica de situación. Esto lo sabían perfectamente Guy Debord y los situacionistas. Hay que cambiar la manera de percibir el mundo."
Dos interesantes documentales sobre los Panero -El desencanto, de Jaime Chávarri, y Después de tantos años, de Ricardo Franco- me han ayudado a hacerme una idea sobre las causas, sobre las actitudes. A acercarme al poeta desprovisto de los flecos de los prejuicios, de la mochila de la desconfianza, sin artificialismos, lo que me ha proporcionado inmensos momentos de placer.
Finalmente, la profunda tristeza que me invadió al conocer la noticia de su muerte dejó paso a un solemne respeto. En los últimos años de su vida me parecía a mí que había salido a relucir su lado más entrañable, más vulnerable, en parte propiciado por la relevancia que había adquirido su miedo a la muerte, sobre todo tras la desaparición de su hermano Juan Luís en septiembre pasado, cuando se quedó sólo -según comentó su editor, Antonio Huerga, "no tenía a nadie"-. Buena prueba de ello es el título de su último libro, en prosa (dentro de lo que cabe), Papá, dame la mano que tengo miedo, en el que escribe: "Estoy en conversación con los difuntos y escucho con mis ojos a los muertos".
Panero, el hombre, sufría como sufren los hombres: "López Ibor te daba electroshocks y luego te ponía una imagen de santa
Teresa en la mesilla. No he visto un nazi parecido en los días de mi
vida."
Panero, el loco, decía cosas tan cuerdas como éstas: "Los locos son gente muy puteada y se esconden para que no les hagan
más daño. El mito de la enfermedad
mental, de Thomas S. Szasz: si el loco es un hipócrita, no está
loco, es un hipócrita y punto." o, "Para mí la psiquiatría es un crimen de lesa humanidad. Ahora me siento
relajado y seguro. Libre del patíbulo. Libre de la pena de muerte. Tengo
un texto sobre la pena de muerte donde digo que es el único asesinato
que se comete a sangre fría. Todo asesinato tiene un móvil humano, el
dinero, los celos, la envidia etc. La pena de muerte es un asesinato 'A
sangre fría', como en la novela de Truman Capote."
Panero, el salvaje ingenuo inadaptado, autodefinido como anarcoindividualista. Un idealista revolucionario que se descomponía en el seno de una sociedad burda, soez y patética: "No creo en la clase obrera española. Son payasos alfredolandescos. Tras
40 años sin ideología obrera, sólo queda la picaresca y un proletariado
chistoso". Sobre el capitalismo: "Mi crítica al capitalismo es una crítica moral. El capitalismo está
basado en una competencia desleal y salvaje. Y esto funciona que al que
cae no le levanta nadie. Al contrario, cuanto más tortura, cuanto más
hundido está, más reible. Como la canción de Julio Iglesias. La
Gaviota... 'soltar la mano si ves que hacia abajo va... Si ven que abajo vas'."
Pero, definitivamente, por encima de todo y de todos, está Panero el poeta: "Los pasos del fantasma por la casa abandonada / el grito del búho en el límite del poema / que un hombre habitara, y donde ya no hay nadie / sino el cuervo posado sobre el busto de Palas / diciendo que todo poema significa nunca."
Poema inédito del poemario Rosa enferma, que publicará su editorial Huerga y Fierro:
En cuanto a la tristeza como modo de venerar la libertad no libre del delirio
Diré lo mismo de otra forma porque la repetición es un señuelo casi inteligente
Ciertamente la mano polvorienta de un enano
Enseña a los hombres un pez
Significando la poesía
Que se opone bastardamente a la verdad
Que rumia aforismos en pie sobre las tumbas
Sobre las que llora el ruiseñor
Como una bruja significando el silencio
Con un vaso de placenta enemiga de la verdad
La poesía como un hombre enemigo del hombre
Azuzando a sus perros
Para que persigan la eternidad que venden los relojeros.
Extracto de una entrevista realizada por Gorka de Duo a Leopoldo María Panero para el número 101 de la revista Ajoblanco, en Noviembre de 1997:
"- ¿Qué impresión tienes tras tu encuentro con tu nueva psicoanalista?
- Muy buena impresión. Muy simpática y muy amable. Lo que pasa es que me dan miedo físico los psiquiatras. Porque han habido muchas internaciones involuntarias. Las primeras internaciones no eran políticas, las que me metía mi madre en Reus y en el frenopático de Barcelona. Esas no eran políticas, pero desde el golpe de estado llevo con internaciones políticas por lo menos veinte años. Todo por el rollo del camarero. El famoso proletariado calenturiento. Con disculpas para Marx y Bakunin. El proletariado es la mierda más asquerosa... es un policía, el camarero. No se puede uno ni quitar los zapatos en el bar. Vivimos en una sociedad ortopédica. Yo comparo antropología y psiquiatría como matrices de un mismo racismo. Porque en las tribus primitivas se hace lo que se da la gana. Se practica la teoría lacaniana del "automatismo mental". Como dice George Bereing en Estado de la Psiquiatría General, "la esquizofrenia es psicosis étnica o la psicosis sin lagrima". Lo tradujo por cierto un amigo mío que se llama Francisco Monje; que también se creía el Anticristo. Fernando Savater también se creía el Anticristo... somos muchos... y una ATS también se creía el Anticristo."
(Leopoldo ríe, su humor sigue intacto)
He oído que piensan promover una fundación para mantener vivo su legado -no lo juzgo-, pero se me hace raro pronunciar en voz alta "...ha echado a andar la Fundación Leopoldo María Panero...". Y me pregunto que pensaría él de esto, aunque puede que no importe ya, después de todo. Supongo que hay buena intención detrás del proyecto, porque creo que es una idea de su editor, Antonio Huerga, que colgó una nota en Facebook el día que murió Panero porque en el tanatorio de Las Palmas sólo había tres personas.
Desde que conozco parte de su tormento infantil, involuntariamente lo asocio con otro marginal artista que reconoce haber tenido una niñez difícil debido a su homosexualidad, Antony (and the Johnsons), que me cautivó para siempre en un concierto en el semiderruido claustro del Monasterio de San Jerónimo, antes de su restauración, bajo el cielo azul oscuro de esas noches de Sevilla, que de vez en cuando son bendecidas con estrellas blancas y fragancias de jazmines y azahares. Antony lloró de emoción aquella noche. Él, como Panero, también ha tenido palabras para quienes le atormentaron, y como él, quiere desterrar del consciente a los espíritus que le martirizan, y como él, lo hace sin odio ni afán de venganza, sin palo ni piedra, con el corazón.
Rafael Amargo realizó este conseguido tributo a Antony para "Man is the baby", que brindo a la memoria de Panero, donde quiera que esté. No sé si la estaré traduciendo bien, pero dice algo así:
Anhelar mucho más que un día claro
Inmerso en esa nueva vida para mí
Arder hasta el día verdadero
Doy la bienvenida a su nueva vida para mí
Perdóname, déjame vivir
Y libera mi espíritu
Una batalla perdida que llega como una fría ola
De culpa y vergüenza sobre mí
El niño que ha llegado hasta la oscuridad
El triunfo hueco de un árbol
Perdóname, déjame vivir
Besa mi derrota
Perdóname, dejame vivir
Bendice mi destino
Perdóname, déjame vivir
Y libera mi espíritu
Semilla de una debilidad tan frondosa
Hombre es el niño
El libro favorito del autor, Narciso en el acorde último de las flautas, publicado en 1979 y uno de los más celebrados de su obra, que toma su título de la adaptación del verso de Trakl, "Narciso de flautas en acordes finales", contiene uno de los poemas antológicos de Leopoldo María Panero, porque como refiere su editor "todos llevamos dentro un niño muerto" -no puedo evitar conmoverme cada vez que lo digo... cada vez que lo leo-. Así escribía y hablaba él, escupía la poesía sin incontinencias. Pavane pour un enfant défunt, dedicado a su tía Margot, contiene la pasión vital de quien se siente frágil y desesperado, pero lucha, y me sirve como homenaje personal de continuidad:
Porque todos llevamos dentro un niño muerto, llorando,
que espera también esta mañana, esta tarde como siempre
festejar con los Otros, los invisibles, los lejanos
algún día por fin su cumpleaños
«BIBLIOGRAFÍA DE LEOPOLDO MARÍA PANERO»
- Por el camino de Swan (1968)
- Así se fundó Carnaby Street (Ocnos, 1970 - Huerga y Fierro editores 1999)
- Teoría (Lumen, 1973 - Huerga y Fierro editores 2002)
- Narciso en el acorde último de las flautas (Visor, 1979 - Huerga y Fierro editores 2013)
- Last River Together (Ayuso, 1980 - Huerga y Fierro editores 2014)
- El que no ve (La Banda de Moebius, 1980)
- Dioscuros (Ayuso, 1982)
- El último hombre (Ediciones Libertarias, 1984)
- Antología (Ediciones Libertarias, 1985)
- Poesía 1970–1985 (Visor, 1986)
- Contra España y otros poema de no amor (Ediciones Libertarias, 1990, El Ángel Caído, 2008)
- Agujero llamado Nevermore (Selección poética, 1968–1992) (Cátedra, 1992)
- Heroína y otros poemas (Ediciones Libertarias, 1992)
- Piedra negra o del temblar (Ediciones Libertarias, 1992)
- Locos (Casset Ediciones, 1992, Ediciones Libertarias, 1995)
- Cadáveres exquisitos y un poema de amor (Ediciones Libertarias/Prodhufi, 1992)
- Orfebre (Visor, 1994)
- Tensó (Ediciones Hiperion, 1996). Con Claudio Rizzo
- El tarot del inconsciente anónimo (Valdemar, 1997)
- Guarida de un animal que no existe (Visor, 1998)
- Abismo (Ediciones Endimión, 1999)
- Teoría lautreamontiana del plagio (Límite, 1999)
- Poemas del manicomio de Mondragón (Hiperión, 1987)
- Suplicio en la cruz de la boca (El Gato Gris, Ediciones de Poesía, 2000)
- Teoría del miedo (Igitur, 2000)
- Poesía completa (1970–2000) (Visor, 2001)
- Águila contra el hombre: poemas para un suicidamiento (Valdemar, 2001)
- Me amarás cuando esté muerto (Lumen, 2001). Con José Águedo Olivares
- ¿Quién soy yo?: apuntes para una poesía sin autor (Pre-Textos, 2002). Con José Águedo Olivares
- Buena nueva del desastre (Scio, Lugo, 2002)
- Los señores del alma (Poemas del manicomio del Dr. Rafael Inglot) (Valdemar, 2002)
- Conversación (Nivola, 2003).
- Esquizofrénicas o la balada de la lámpara azul (Hiperión, 2004)
- Erección del labio sobre la página (Valdemar, 2004)
- Danza de la muerte (Igitur, 2004)
- CD-Libro Moviedisco Colección Lcd El Europeo. Carlos Ann, Bunbury, José María Ponce y Bruno Galindo (Barcelona: Moviedisco, D.L., 2004)
- Poemas de la locura seguido por El hombre elefante (Huerga y Fierro editores 2005)
- Presentación del superhombre (Valdemar, 2005). Con Félix Caballero
- Visión (Huerga y Fierro Editores, 2006). Con Félix J. Caballero
- Apocalipsis de los dos asesinos(La garúa, 2006). Con Félix J. Caballero
- Jardín en vano (Arena libros, 2007). Con Félix J. Caballero
- Outsider, un arte interior (Versos esquizofrénicos, Poemas sugeridos por los dibujos de esquizofrénicos) (Eneida, 2007).
- Páginas de excremento o dolor sin dolor (Editorial Azotes Caligráficos, 2008). Edición manuscrita con dibujos del propio autor.
- Gólem (Igitur, 2008) Prólogo de Túa Blesa
- Mi lengua mata (Arena libros, 2008)
- Sombra (Huerga y Fierro editores, 2008)
- Escribir como escupir (Calambur editorial, 2008)
- Conjuros contra la vida (Ed. Festival Internac. de Cine de LPGC, 2008), dentro del volumen Después de tantos desencantos. Vida y obra poéticas de los Panero, de Federico Utrera
- Voces en el desierto (Azotes Caligráficos, 2008). Con Félix J. Caballero
- Esphera (El ángel caído, 2009)
- Tango (El ángel caído, 2009). Con Félix J. Caballero
- La tempesta di mare (Huacanamo, 2009). Con Félix J. Caballero.
- Reflexión (Casus-Belli, 2010)
- Locos de altar (Alea blanca, 2010)
- La flor en llamas (Casus-Belli, 2011). Con Félix J. Caballero.
- Traducciones / Perversiones (Ed. Túa Blesa) (Visor de poesía, 2011)
- Territorio del miedo / Territoire de la peur (Anthologie poétique, traduction Stéphane Chaumet) (L'Oreille du Loup, 2011)
- Cantos del frío (Casus-Belli, 2011).
- Poesía completa. 2000-2010 (Edición de Túa Blesa, Visor, 2013).
Narrativa
- El lugar del hijo (Tusquets, 1976), libro de relatos fantásticos
- Dos relatos y una perversión (Ediciones Libertarias, 1984)
- Y la luz no es nuestra (Los infolios, 1991, Ediciones Libertarias, 1993)
- Palabras de un asesino (Ediciones Libertarias, 1992)
- Los héroes inútiles [epistolario con el joven escritor Diego Medrano] (Ellago Ediciones, 2005)
- Papá, dame la mano que tengo miedo (Cahoba Ediciones, 2007), su última creación
- Cuentos completos, recopilados por Túa Blesa (Editorial Páginas de Espuma, 2007). ISBN 978-84-95642-95-0.
Ensayos
- Aviso a los civilizados, (Ediciones Libertarias, 1990)
- Mi cerebro es una rosa, (Roger, 1998)
- Prueba de vida. Autobiografía de la muerte, (Huerga y Fierro, 2002).
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